Todos deseamos alcanzar la paz personal, la paz con nosotros mismos. Algún día llegaremos a comprender que el resentimiento no sana nuestra alma y que ese resentimiento nos acerca más aun a las personas que nos han podido dañar y que ya no están en nuestras vidas, en nuestro trabajo o en nuestros negocios. De esta manera somos esclavos a distancia de sus agravios pasados.
Por otro lado, ¡qué perdida de tiempo inútil! tenemos tantas cosas que hacer, tantos proyectos que llevar a cabo: estudios, trabajos, nuevas amistades, atender a nuestra familia ...
Con todo, cambiar y mejorar, avanzar y crecer como personas no es cuestión de buenas intenciones y no es fácil tampoco. Así como se aprende a andar andando, e incluso cayéndose como los bebés; así se trata de hacer actos positivos que reafirmen nuestras convicciones y nuestras actitudes.
Como siempre a los que amamos a los Ángeles nos queda el recurso de solicitar su luz y su ayuda para lograr esta paz que a todos les deseo de todo corazón.
Siempre su amiga Angela María
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